DF Conexión Asia | Dos lecciones básicas para desarrollar relaciones comerciales con Japón
NICOLÁS LUCO BUSTOS Consultor Senior Virtus Partners, MBA Columbia
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NICOLÁS LUCO BUSTOS
Hace unos meses aterricé en Japón para llevar a cabo una pasantía profesional de Summer MBA en una empresa tecnológica líder a nivel mundial. Durante este proceso tuve el privilegio de explorar aspectos cruciales de su cultura, intrínsecos a su vida cotidiana y que ejercen una influencia significativa en su enfoque laboral y empresarial.
Esta nación desarrollada, que actualmente ostenta el título de la tercera economía más relevante del mundo, es un fascinante cruce entre tradiciones arraigadas y una visión de futuro innovadora. El respeto, la confianza y la búsqueda de excelencia impregnan todos los aspectos de su sociedad, creando una dinámica rigurosa, exigente y desafiante, pero al mismo tiempo profundamente respetuosa, impresionante y cautivadora.
“Junto con importantes oportunidades de crecimiento para nuestras compañías, Japón ofrece perspectivas valiosas sobre cómo elevar nuestra cultura empresarial para atraer la atención de otros mercados asiáticos sofisticados”.
En ese contexto, aprendí dos lecciones distintivas de la cultura empresarial japonesa que creo relevantes de considerar al momento de vincularse comercialmente con esta potencia asiática.
Primero, es de suma importancia comprender su aprecio por la lealtad y las relaciones a largo plazo. Este compromiso se refleja en la tendencia de los empleados a permanecer en una misma empresa durante largos períodos, a veces de por vida, así como también en la intención de las compañías por generar relaciones comerciales duraderas con proveedores y aliados, incluso construyendo una visión de futuro compartida.
La segunda lección radica en sus elevados estándares de calidad y la búsqueda constante de la perfección en todos los ámbitos, incluyendo los negocios. Se trata de un mercado altamente sofisticado, donde la calidad deficiente se erige como una gran amenaza para la confianza. De este modo, para mantenerse competitivas las empresas japonesas adoptan la filosofía del “Kaizen” o mejora continua, combinando disciplina, colaboración e innovación en busca de la perfección. En este sentido, es crucial equilibrar el respeto a la jerarquía, el trabajo en equipo y la consideración de diversas perspectivas, asegurando que todas las opiniones que puedan contribuir a la mejora siempre sean escuchadas y valoradas, sin importar de donde provengan.
Según datos de ProChile, Japón se posiciona como el tercer socio comercial de nuestro país, después de China y Estados Unidos. Con más de seis décadas de inversión constante, las exportaciones chilenas a Japón alcanzaron los US$ 3.549 millones en 2022, y se espera que continúen creciendo, especialmente en sectores estratégicos como la minería y los alimentos.
En este contexto, comprender aspectos fundamentales de la cultura japonesa se vuelve esencial para participar activamente en este próspero ecosistema de negocios, desarrollando relaciones comerciales robustas y duraderas. Junto con presentar importantes oportunidades de crecimiento para nuestras compañías a nivel local, Japón también ofrece perspectivas valiosas sobre cómo elevar nuestra cultura empresarial a un nuevo nivel, permitiendo atraer la atención de otros mercados asiáticos sofisticados que consideran a este vecino un buen control de calidad y referente al momento de realizar sus propios negocios.